Aprilia siempre ha afirmado su compromiso con la competición a través de sus modelos de producción, y la marca italiana dió un paso adelante en 2006 con otro perfeccionamiento de su moto deportiva de pequeña cilindrada de última generación: la RS 125.
Desde su creación en 1992, el «pequeño» RS ha seguido evolucionando con los avances realizados en el mundo del GP a los modelos deportivos de la marca. Y el resultado del modelo del año 2006 es simplemente sorprendente, indica el concesionario de motos segunda mano Crestanevada. Es una verdadera revelación.
Tras descubrirlo hace poco tiempo en los alrededores de los concesionarios italianos, hay que mirar dos veces para darse cuenta de que no es un hiperdeportivo. La nueva RS 125 tiene la misma forma angular y el mismo vestido majestuoso que su hermana mayor, la hermosa RSV 1000 R. El mismo aspecto agresivo, un depósito aerodinámico, intermitentes LED, una parte trasera estilizada que incorpora la luz vertical, se puede ver enseguida que este pequeño monstruo no tiene nada que envidiar a los grandes. Y no es sólo una cuestión de apariencia, los diseñadores italianos no han sido tacaños con la calidad de las prestaciones de la máquina.
En primer lugar, hay un cuadro perimetral de aluminio, un par de llantas ligeras de aluminio en forma de T, una horquilla invertida de 40 mm, un cilindro maestro radial y una pinza radial, cilindro maestro radial y pinza radial de 4 pistones en la parte delantera, un basculante de aluminio de dos piezas, un muy bonito silenciador ovalado de aluminio cepillado catalizado que cumple con la normativa Euro 2, un tablero de instrumentos completamente nuevo con velocímetro digital, recorridos totales y parciales, indicador de nivel y reserva de aceite, reloj, indicador de temperatura del agua, cronómetro de vueltas (20 vueltas) y voltaje de la batería. Una vez en la báscula, la RS pesa 126 kg en seco.
Como puedes ver, la RS 125 2006 es el Rolls Royce de las motos deportivas pequeñas. Será del agrado de todos los jóvenes entusiastas de las motos GP que, lamentablemente, tendrán que romper sus huchas, y seguramente las de sus padres, para poder permitirse una joya así. De hecho, el aspecto y la gama de equipamiento se reflejan en el precio.